jueves, 26 de febrero de 2015

UNA CANCIÓN

RELATO DE  UNA CANCIÓN

APORTE  JUEVERO

coordina Juan Carlos Celorio














Esta propuesta de Juan Carlos es una gran idea que a muchos nos queda a medida....

En mi caso es una medida un tanto desmedida porque de mis siete hijos -incluyo al que falleció y que todavía lloro y añoro, de quien conservamos su guitarra y mucho mas- todos nuestros hijos además de sus  otras ocupaciones complementarias para subsistir, la música resulta ser la esencia de ellos y un objetivo muy importante.

Por lo tanto, hablar de todos, sería un relato muy extenso para sus fines. Por otro lado, por una cuestión de justicia no quisiera excluir a ninguno porque todos son buenos. 

Pero les voy a compartir una de las varias canciones que ultimamente me están golpeando el corazón.

Magdalena tiene treinta años y su mayor especialidad es la música y vinculación con los niños, a quienes se dedica en piano, teclado, guitarra y canto.
La siguen y obedecen de una manera muy especial, bailan y cantan con ella, aprendiendo desde los dos años de edad en adelante.

Solamente les voy a transcribir una de sus creaciones. Ahí les va!!!  (recomiendo no perderse el video que es muy gratificante e inolvidable para algunos, transcribir tal cual está escrito abajo).

abrir en Google... Youtube.com y luego,


QUIZÁS de  Magdalena  Paunero     






Quizás no tenga una explicación
para darte, para dar.
Quizás no tengo ganas de hacer más
que mirarte, sin hablar.

No quiero estar. 
No quiero estar.
No vale la pena explicar...
no te importa...

 Quizás el mundo me viene a decir
que empiece a mentir.
Quizás no se me quieran amigar...
no "les soy" muy normal.

No quiero estar.
¡No quiero estar!
¡¿Por qué tanta poesía si al final,
no sabés hablar

No quiero estar. 
No quiero estar

¡¿Por qué tanta poesía si al final,
no sabés hablar


  



                                              ¡que lo disfruten!




                           muchas gracias  por leer y sobre todo 
                           ¡por  ver y escuchar a mi hija!
                             (un poco rústico y con fondo de pajaritos)




                                LAO  PAUNERO









jueves, 19 de febrero de 2015

ARGUMENTOS ONÍRICOS

coordina
EL DEMIURGO DE HURLINGAM


propuesta número  SEIS















                                   LA  CASA

                   

Encontrar la Mansión de mis abuelos me había costado mucho esfuerzo, porque al haberse muerto, en el testamento solamente había un libro de cuero con palabras borradas y un plano casi ilegible. Pero ellos habían sido de la tribu de los Charrúas y mi herencia de sangre Uruguaya sumada a las enseñanzas que ellos mismos me habían dado cuando era muy chiquito en sus relatos junto a la chimenea me facilitaron la interpretación de las señales de pista que fui rastreando por el camino con éxito.

Entonces mi persistencia y buena memoria fueron mis mejores aliadas para lograr encontrarla. 
Por supuesto que estaba prácticamente destruida pero hice que fuera soportable vivir en ella debido a algunos arreglos básicos que pude hacerle con el dinero que me habían dejado en un sobre adentro del mismo libro de cuero. 
Es que mi idea era alejarme del "mundanal ruido" y así lo hice. 

Me armé de un hábitat propio en medio del bosque y lo que mas me importaba lo tenía conmigo. "Solamente que estaba solo" y me acostumbré tanto a ello que me molestaba hasta el gato. Me había vuelto neuróticamente rutinario y solitario. Y así pasaron los años y mas años.... 



 Aquél día de otoño  tenía muy mal humor y todo me aburría. Me encontraba sentado en el sillón de caña, viejo y chillón compañero leyendo libros que me aburrían. Mejor dicho era yo el que no andaba bien y sentía a todo como salido de su lugar, desde las ideas a las cosas. Está muy claro que estar solo no es cosa favorable porque se te llena la cabeza de pensamientos extraños y podés terminar medio loco.  


La modorra me había atrapado por pensar demasiado,  me quedé dormido,y el libro de turno se cayó de mis manos, estaba leyendo Bestiario y era evidente que  las palabras de Cortázar terminaron como corderitos para contar. El sueño pudo mas que la lectura.

Creyendo que estaba despierto escuché la campana del portón de la entrada. Me asomé por la ventana de adelante y  vi a un tipo tan viejo que no se le podía saber la edad que  preguntando por mi nombre  me entregó un sobre blanco amarillento con olor a pis de chancho. Mientras sentía con mi sensible tacto que había un objeto extraño adentro y lo miraba para adivinar su contenido, al alzar la mirada, el sujeto ya se había ido.

                     Abrí entonces el sobre y tenía una llave de bronce oxidada y enmohecida con forma de signo de interrogación. Recibí una rara vibración que me instaló dos preguntas, la primera obviamente era adivinar cual puerta me estaba esperando y la segunda en que la misma me estaba llevando hacia algún objeto que estaría adentro de algún recinto aún no descubierto.

Repentinamente y sin lógica alguna se me cruzó por la mente la vetusta puerta del altillo de mi vieja casa heredada de mis abuelos que nunca había podido abrir y que le había reservado al destino la atribución de decidir el momento para cuando ello tuviera que suceder, aunque en realidad a este asunto lo tenía archivado  y olvidado.....




Llevado por mi mal humor de ese día de otoño, tuve la tentación de volverme a sentar en el ruidoso sillón, pero una extraña sombra me llevó de la mano e hizo que intentara acceder por la intrigante puerta con la vieja llave que trajo el viejo visitante.

Pero a pesar de mis esfuerzos no pude conseguir ingresar al altillo lo cual aumentó mi alteración de ese día, sumado a los gritos raros que diariamente escucho desde su interior que posiblemente serían de los fantasmas de mis abuelos que alguna cuenta pendiente les habrá quedado sin resolver, pensaba.

Sucede que a mi sonambulismo lo tengo desde la infancia y no pudo ser superado, y en esta ocasión todos mis movimientos fueron realizados mientras estaba sumergido en un profundo sueño.

La llave la dejé colgada al lado de la chimenea estando dormido y sin saber que lo hacía. Esta situación involuntaria en estado 
inconsciente, me ha quitado la poca tranquilidad que me quedaba, dado que no me siento capaz de tirarla a pesar de que me mantiene con una gran curiosidad pendiente, a la que continuaré atado hasta en los sueños tal vez durante mi vida terrena. 

Además ejerce sobre mi persona un extraño magnetismo que me genera una adicción y si la tirara alteraría mi humor cayendo en un inevitable síndrome de abstinencia cuyas consecuencias serían impredecibles.

Desde luego amigos que me encuentro preparado para que ninguno de ustedes crea en mi historia... 


                                         LAO  PAUNERO 

martes, 3 de febrero de 2015

DESVELO

palabra  semanal













la angustia robó el corazón
y no me lo quiere devolver

es tiempo de irse lejos
para después volver

los golpes que he sufrido
me han dejado sentido

cualquier vientito suave
me espanta como un ave



un pájaro asustado
por cada cosa que vuela
dolido por lo que duela
tomado por la sorpresa


termino siendo la presa
yo mismo el enjaulado
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abrámosle la puerta
dejémosle desvelar
que seguramente un día
podrá volver a cantar


                            Lao  Paunero