miércoles, 11 de marzo de 2009

CONFITES

En mi pueblo, había dos farmacias; a las cuales con frecuencia, íbamos los chicos a comprar los medicamentos por encargue de nuestras madres. Era común, que aún siendo muy pequeños, nos confiaran la responsabilidad de trasladar cualquier remedio. Mas aún, uno de los farmacéuticos, tenía por costumbre regalar al que iba, un puñado de confititos de colores. Esto hacía que fuéramos con entusiasmo a ese comercio. Mi mamá no me decía, andá a tal o a cual, entonces, era obvio, yo elegía la de los confites. Parecerá increible, pero ésto, hace unos cincuenta años, nos producía mucha emoción. Evidentemente había libertad, confianza, inconciencia e ingenuidad, también en los mayores.
En la época de los cohetes por ejemplo, es decir pirotecnia, se usaban los llamados "rompeportones", que eran unos paquetitos explosivos bastante peligrosos de fabricación casera; que los hacíamos "sonar" contra la pared, con una "gomera" (fabricada con una horqueta de árbol y dos tientos de goma). Para ésto no había entonces, ningún control, ni nuestros padres o adultos nos decían algo.
También había la moda del uso de un "bulón" (tornillo grueso con tuerca), en cuya punta se colocaban los ingredientes de la pólvora,QUE COMPRÁBAMOS EN LA FARMACIA, sin advertencia ni control de parte de nadie; al que hacíamos explotar contra el suelo. Tenía el detalle de que podía estallar y lastimarnos en las manos al armar el explosivo y ajustar la tuerca.

Un comentario final y te caes sentado. En una oportunidad -tenía unos trece años- En casa teníamos un perrito que se quedó ciego y luego sordo, padecía un mal interno, según decían... incurable. Mi mamá concluyó en que había que sacrificarlo; entonces, sin mala intención "me tiró el fardo". Siguiendo sus indicaciones tuve que ir en la bicicleta, que dicho sea de paso, la manejaba con habilidad de circo, a la"farmacia de los confites" a comprar un poquito de estricnina (veneno de alto poder, peligroso para cualquier mortal); a lo que, el "botica" me lo entregó sin objeción alguna, "como si tal cosa". De allí, fuí para mi casa y de casa llevé al perrito, acompañado de un amigo -que temblaba como una hoja- y yo, por dentro, me tragué el susto y la angustia, traumáticos hasta la eternidad, hacia un lugar retirado. Y sin mas, con una cuchara sopera vieja, le suministré el tal veneno con agua; a lo que el animalito....en pocos segundos... pegó unos saltos y quedó inmóvil, tieso, muertito. Sinnn masss, el veneno que le dió el farmacéutico DE LOS CONFITES a un chico de trece por orden de su mamá. Quedando en él una herida interior y un perrito muerto...

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